Life & Beauty Weekly: Vida & Amor
¿Sientes que la maternidad se convirtió en un peso? Entonces, esta nota es para ti.
By Cynthia Hanson for Life & Beauty Weekly
Todas suponemos que la maternidad es una etapa de alegría plena… o por lo menos, así nos lo sugieren las publicidades y los memes de Facebook. Entonces, ¿por qué nos pasamos el día rezongando, supervisando como locas las tareas domésticas, cambiando pañales y transportando a los niños a sus actividades? ¿Hay algo que no cierra?
“Las madres actualmente viven estresadas, sobrecargadas de trabajo y presionadas con tantas cosas distintas, que es muy difícil encontrar el placer a la maternidad”, explica Barbara Siergiewicz, una coach certificada en temas de crianza y especialista en desarrollo infantil, que vive en Rockport, Massachusetts. “Pero si recuerdas lo feliz que estabas cuando estabas embarazada y cuánto amas a tus niños, en vez de sentirlo como una carga, lo podrás vivir como una elección feliz”.
Ten en cuenta estos consejos para reencontrar el placer de ser mamá:
Conéctate con el corazón
Escribe texto o la dirección de un sitio web, o bien, traduce un documento.
Quizás quisiste decir: Motherhood is supposed to be a joy-filled journey — or so the ads and Facebook memes tell us. So why does it seem as though our days are largely about nagging, supervising homework, changing diapers and shuttling kids to and from their activities? What’s wrong with this picture? “Today’s mothers are stressed out, overworked and pulled in so many directions that it can be hard to find the pleasure in parenting,” says Barbra Siergiewicz, a certified parent coach and child development specialist based in Rockport, Mass. “But if you remember how happy you were when you got pregnant and what you appreciate about your children, instead of the challenges of parenting, you’re making a choice to be joyful.”
Dedica un tiempo todos los días para tener una conversación significativa con tus hijos, pero que se centre en los sentimientos, (no los deberes ni en las tareas). “Formula preguntas abiertas para averiguar lo que está pasando en la vida de tu hijo”, aconseja Siergiewicz. “Por ejemplo: ‘¿Qué fue lo mejor que te ha pasado hoy?’. O: ‘¿Qué fue lo más divertido que te ha pasado?’. No importa si la conversación se lleva a cabo durante la cena o en el coche. Pero dedica unos momentos para escuchar atentamente”. Esto genera una relación más estrecha y relajada entre padres e hijos, y fomenta lo Siergiewicz denomina como “conexión de corazón”.
¡No hagas un club de quejas!
Sí: sentimos que nos descargamos si le enviamos a nuestras mejores amigas un mensaje contando los caprichos de los niños a la hora de comer, o un tweet en el que nos declaramos estresadas y al borde del colapso. Pero hacer un hábito de esa actitud es un error … y se convierte en una profecía autocumplida. “Si te concentras en la parte negativa de la maternidad, es como echar querosén al fuego”, explica Siergiewicz. “La negatividad trae más negatividad, y te aleja de la posibilidad de disfrutar tu rol materno”. Trata de compartir lo bueno: las fotos de tus niños jugando en la nieve o las novedades del concierto en el colegio, y serás recompensada con una sensación gloriosa de orgullo.
Refuerza lo positivo
“Muchos padres esperan que sus hijos se comporten como adultos, cuando es algo que no pueden hacer”, explica Siergiewicz. Esto genera una situación tensa, en la que el niño está siempre en falta, y los padres se sienten constantemente decepcionados. No debes concentrarte tanto en todo lo que tu niño de 10 años hace mal, y en cuánto te molesta eso (lo cual te provoca un disgusto permanente); mejor, es aceptar que el niño va a cometer errores, y que debes elogiarlo cuando hace algo bien. Para reforzar sus buenos comportamientos dile cosas como: “Gracias por ordenar tus juguetes”; o: “Gracias por limpiar tu plato antes de que te lo pida”. Como señala Siergiewicz: “El feedback positivo mejora la autoestima de tu niño, y eso lo incentivará a desarrollar esos comportamientos positivos que tú quieres ver”. Y cuanto mejor se porte, menos tendrás que regañarlo.
No sobrecargues la agenda
Un día cargado de actividades es una fórmula segura para que los niños estén de malhumor y los padres queden exhaustos. Debes limitar la actividad extracurricular de los niños a no más de un par de actividades por semana: por ejemplo, basketball y lecciones de guitarra. De esta forma todos podrán relajarse, recargarse y reconectarse. Cuanto menos tiempo pases corriendo de una actividad a otra, más tiempo tendrás para disfrutar con tus chicos, y simplemente podrás disfrutar de la compañía de ellos.
Inventa rituales familiares
Todas las familias necesitan tener un momento de
diversión en forma regular, ya sea viendo pelis todos los viernes por la noche,
o yendo a desayunar afuera los sábados por la mañana. Cuando se establece un
momento en la semana que es esperado por todos, aumenta la sensación de alegría.
“Los rituales familiares son positivos, amorosos y reparadores, porque padres y
niños se centran en el vínculo entre ellos, lo cual genera recuerdos memorables
que nos sostienen cuando pasamos momentos difíciles”, asegura Siergiewicz. (¡Como
esos días felices de campamento, o de volver junto
con tus compañeros del colegio!).
Cynthia Hanson es una periodista de Philadelphia que escribe para diversas publicaciones nacionales tales como Ladies’ Home Journal, Parents y American Baby. Ya ha escrito antes para Life & Beauty Weekly.